A los tigres, desde que son cachorros, se les enseña a asustar, a rugir y a poner poses amenazantes, pero Carlota no se divierte con eso.
Ella solo quiere aprender a leer y disfrutar de las fantásticas historias que encierran los libros, algo que le provocará más de un problema con el resto de la manada.
Ella solo quiere aprender a leer y disfrutar de las fantásticas historias que encierran los libros, algo que le provocará más de un problema con el resto de la manada.